Planea un aula virtual desde cero

Antes de preguntarse cómo planear un aula virtual, podemos comenzar por analizar qué es un aula o un salón de clases. Tradicionalmente es un espacio físico destinado al aprendizaje, donde la gente se reúne y se da un proceso de enseñanza-aprendizaje. Existe el propósito de compartir ideas para aprender, siguiendo metodologías particulares y utilizando los medios acordes.

Suele ser una edificación (paredes, un techo, puerta, ventanas) que permiten aislar a un grupo del medio ambiente, de distractores, para que se dé la instrucción o el aprendizaje conjunto.

En inglés, francés o alemán las palabras classroom, salle de classe o Klassenzimmer respectivamente, dan idea de lo mismo: salón de clases o salón para tomar la clase.

Pero en español tenemos también la palabra aula, que proviene del latín aula, patio, y esta a su vez del griego antiguo αὐλή (aulé), también patio. Son espacios rodeados de columnas o cercados, quizá no un ambiente aislado con paredes y techo, pero sí un espacio compartido y separado de otros entornos.

La noción de aula como un patio parece evocadora: es un espacio compartido pero más abierto. Hay una flexibilidad de los espacios, siempre que exista un conocimiento para compartir, personas dispuestas a reunirse para ello y un acto comunicativo.

Definición preliminar de aula virtual

El aula virtual, propiamente, es una forma de reunir a personas que interactúan en un contexto social específico, guiados por un tutor o instructor, en el que se utilizan herramientas didácticas, de interacción social, de comunicación discursiva, entre otras herramientas, para generar un proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, no hay un espacio físico compartido, por lo cual se utilizan herramientas de tecnología de la información y la comunicación para generar un entorno virtual.

Hay diferentes definiciones teóricas, que involucran otros elementos, pero esta definición sirve como punto de partida. Si la desglosamos:

  1. Es un entorno de enseñanza que se genera  entre personas que están en diferentes ubicaciones geográficas, que son apoyados en su aprendizaje por un tutor, instructor o facilitador.
  2. Se usan como medio redes de datos (internet vía web o por medio de intranets) o de datos en combinación con redes telefónicas, para realizar procesos de enseñanza aprendizaje, utilizando recursos computacionales (presentaciones, documentos, videos, etc.).
  3. Todo ello a través de los servicios provistos por una colección de herramientas de software y hardware que permite cohesionar todos estos elementos.

Pero, ante todo, es el grupo de personas que interactúan socialmente en un proceso de enseñanza-aprendizaje, así como las herramientas didácticas utilizadas para lograr el objetivo de aprendizaje.

Es preciso decirlo porque en ocasiones se da mayor peso a las tecnologías computacionales usadas y se deja de lado la importancia del acto social, educativo y comunicativo que se da en un aula virtual. Esto tiene peso en la planeación, ya que puede suponerse, incorrectamente, que brindar las herramientas de TIC basta para hacer posible un aula virtual siempre que haya un tutor y estudiantes. Pero esta modalidad tiene características peculiares.

Antes de comenzar

Primero es necesario considerar elementos básicos. Esta modalidad ya es parte de las prácticas instruccionales cotidianas, sobre todo en ambientes universitarios, de capacitación institucional o corporativa.

En América Latina existe ya una historia de educación a distancia que data de mediados del siglo XX (como se puede revisar en Comunicación educativa y mediaciones tecnológicas, de Delia Crovi).

No obstante, a pesar del desarrollo tecnológico y de los recursos de capacitación en línea, es preciso tomar en cuenta la brecha generacional para adopción de las tecnologías nuevas, además de la brecha digital.

Esta forma de capacitación apenas está cobrando madurez en México, así como las características de las audiencias particulares. Por lo mismo, como primeros pasos, es preciso:

Evaluar las necesidades y condiciones

  • Es preciso que la audiencia esté dispuesta a incorporarse a las clases basadas en aula virtual. Deben estar conscientes de los requerimientos de fechas, horarios, formas de participar, así como las modalidades en que se realizarán las actividades solicitadas.
  • Verificar que los estudiantes poseen o tendrán acceso a un sistema con los requerimientos mínimos de software y hardware. Asimismo, que tengan accesos a servidores o plataformas. También deberán contar con cuenta de e-mail y redes sociales, dependiendo de las necesidades del curso.
  • Si se realizará el aula virtual para una organización, contar con el apoyo y una logística apropiada en cuestiones administrativas (reconocimientos, validación de cursos, administración de la matrícula). También de tecnología computacional y de comunicaciones (uso de ancho de banda, de la plataforma institucional o corporativa, accesos a la plataforma o al servidor desde sitios remotos, enrutadores de llamadas, conexiones telefónicas, etc.).

Considerar la administración de contenidos

  • Tomar en cuenta los requerimientos de diseño instruccional para considerar la planeación educativa y la dosificación.
  • Analizar los costos en tiempo y dinero para digitalizar materiales o crearlos (lecturas convertidas a formato digital, creación de videos demostrativos, etc.). ¿Se requiere utilizar (o adquirir) algún software adicional? ¿Es preciso gestionar licencias?
  • Considerar cuál será la carga de trabajo para el instructor con respecto al manejo de contenidos, evaluaciones, etc. Además, asegurarse de que tenga los permisos adecuados para su rol.

Planeación del aula virtual

Una vez que están cubiertos los prerrequisitos de viabilidad para el uso del aula virtual en una capacitación o instrucción, es preciso hacer la planeación de esta forma de capacitación, siempre con la clave del aula virtual.

  1. Definir los objetivos instruccionales tomando en cuenta que se deben lograr todos dentro de un espacio de aula virtual, con las herramientas que se han considerado para su despliegue.
  2. Es deseable generar una guía didáctica para los estudiantes y, si es posible, una lista de preguntas frecuentes.
  3. Determinar las funciones y los alcances de la persona que impartirá la tutoría. Este punto lo analizaremos más adelante.

Diseño y configuración del aula virtual

Un elemento imprescindible es la planeación didáctica, tomando en consideración los materiales y recursos disponibles. Entre otros elementos, tener la carta descriptiva, la distribución en temas y subtemas y la planeación de clases. Estos son los elementos básicos para tener un diseño adecuado del aula. De la planeación se desprenderán distintas necesidades y elementos que es necesario preparar y diseñar.

Es necesario, por ejemplo, tener preparados con antelación todos los contenidos y materiales que se usarán (multimedia, textos digitales, vínculos a sitios, etc.).

También es preciso tener la ubicación exacta de los repositorios de materiales, tanto los que se distribuirán como los que se recibirán. También es preciso preparar los mensajes que se enviarán: bienvenida, temarios, avisos de entregas de actividades, recordatorios, avisos de conclusión, etcétera.

El diseño y configuración del aula dentro de cada plataforma es un tema que debe ajustarse a las especificaciones particulares, excedería el alcance de la publicación mencionarlo en este texto. Solo mencionaré que es importante tratar de establecer una identidad de diseño y mantener la unidad gráfica y lingüística, tanto en los mensajes como en los nombres asignados a cada elemento.

Determinar el tipo de comunicaciones que se utilizarán

Esta es una de las partes más importantes en cuanto a la planeación funcional de un aula virtual. Las interacciones entre el tutor y los alumnos, así como entre los alumnos se dará en distintos niveles y en distintos momentos.

Comunicaciones sincrónicas y asíncronas

Las comunicaciones sincrónicas son aquellas que se dan cuando las partes están compartiendo el mismo momento. Las comunicaciones asíncronas son las que se dan cuando las partes se comunican en distintos momentos.

En las aulas virtuales, las comunicaciones sincrónicas más frecuentes son la telefonía, la transmisión de video y datos por streaming, los chats, los servicios de mensajería instantánea (Hangouts, Messenger, Whatsapp, etc.).

No obstante, estos últimos medios son una especie de híbridos, ya que permiten una comunicación simultánea y guardan información que permite comunicaciones asíncronas.

Algunos ejemplos de comunicaciones asíncronas en las aulas virtuales son el e-mail, los foros y los comentarios en blogs.

Lineamientos para las comunicaciones

Siempre es importante determinar desde el inicio algunos lineamientos.

  1. Para qué se utilizará cada forma de comunicación (el propósito). Es decir, si tal modo de comunicación será para participar, hacer consultas, enviar actividades parciales o finales, interactuar con sus colegas, etcétera.
  2. Los momentos en que se darán las interacciones, sobre todo en el caso de las comunicaciones sincrónicas, de modo que todas las partes estén presentes y puedan intervenir, y cómo se retroalimentará a quienes se ausenten por motivos especiales (puede ser guardar registros de chats, grabaciones de interacciones en pantalla, etcétera). Es mejor si hay un calendario y un horario establecidos, así como medios de respaldo previamente pactados.
  3. Los protocolos de comunicación y participación (la netiqueta): normas básicas de conducta y de interacción respetuosa, cómo se asignan los turnos para participar y qué se debe hacer en ese momento (¿Se mantendrá siempre abierto el micrófono? ¿Se abrirá solo cuando se asigne el turno?), qué tipo de comunicaciones no estarán permitidas e incluso si serían sancionadas, qué puede ser compartido fuera del entorno del aula y qué debe mantenerse siempre dentro de ella. ¿Los mensajes de e-mail se harán en una lista de correos? ¿Deberá enviarse siempre una copia al tutor o facilitador?

Métodos de evaluación en línea

Para esta modalidad es preciso tener formas de evaluación que se adapten y aprovechen las tecnologías involucradas. Pueden ser desde cuestionarios (quizzes), tareas como ensayos, reportes de lectura (en formatos digitales), pero también se pueden utilizar para evaluar las participaciones en foros, la generación de productos digitales (videos, podcasts, elaboración de blogs).

Una situación que genera algo de suspicacia son los exámenes, por las posibilidades de que alguien hiciera “trampa”. Esta es una posibilidad real pero no tiene por qué asumirse que será generalizada (la presencia física a la hora de hacer una evaluación tampoco garantiza que se eviten “trampas”).

Existen algunos mecanismos de control y verificación, que se pueden implementar de acuerdo con los recursos disponibles. Esto sería tema de otra publicación.

Funciones y alcance de quien brindará la tutoría o formación

Es importante tomar en cuenta que quien diseña el aula no siempre gestionará las clases. Por lo mismo, es importante determinar cuáles serán las funciones que realizará el formador, tutor o facilitador, cuáles serán sus alcances y el tipo de registros que tendrá que generar (desarrollaré este punto enseguida).

Esto deberá estar bien especificado y descrito, además de incluir los recursos que puede usar, las fuentes a las que puede recurrir para prepararse y como consulta, o bien para referencia de los estudiantes.

Gestión de la clase

Para la gestión de la clase es necesario llevar registros, los cuales dependerán del tipo de curso y de las necesidades de cada instructor. Pueden ser:

  • Registros de progreso
  • Instrumentos de administración de tiempos (agendas, calendarios)
  • Formularios y requerimientos para las inscripciones
  • Registros de calificaciones
  • Registros de actividades

Pueden variar dependiendo del curso y del instructor. Por ejemplo, pueden incluirse los requisitos para brindar consejería, la administración de la información generada y formas de retroalimentación relacionadas con la clase.

Aspectos técnicos y administración del sistema

Al inicio de la planeación se determinaron  las necesidades de software y hardware, qué es necesario instalar, el tipo de especificaciones y configuraciones necesarias, así como la atención a cuestiones de seguridad informática.

Este es el momento de comenzar a montar todos los elementos: el repositorio de materiales, procesar las inscripciones, enviar los mensajes de bienvenida, las agendas y la guía didáctica.

También es preciso determinar cómo se dará mantenimiento al aula virtual: la creación de respaldos, el estatus de blogs, foros y chats. Supervisar los elementos de seguridad y todos los procedimientos administrativos.

Consideraciones

Como se mencionó en la definición preliminar, el aula virtual es un entorno de interacción social, por lo cual puede ser necesario hacer ajustes sobre la marcha a la forma en que se darán las comunicaciones.

El aula virtual puede integrar diferentes recursos educativos, como cápsulas de e-learning y videos instruccionales. Todo depende de la planeación didáctica y del alcance de la solución.

¿Has participado en la planeación de aulas virtuales? ¿Has brindado tutoría o gestión de aulas virtuales? ¿Cuáles han sido tus experiencias? Recuerda que si requieres apoyo en este tema, puedes recurrir a nosotros.

(Muchas gracias a Flor Amelia Martínez Tinoco, Investigadora Educativa del ILCE, por los comentarios y sugerencias que me dio para la redacción de este artículo).

 

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