
Con el auge de los youtubers, streamers y tiktokers en la década pasada y lo que va de esta, el video se ha instalado como el formato de contenido preferido y consumido en las redes. Se calcula que alrededor del 80 % del contenido circulante en internet eran videos. Esto también impacta en los cursos en línea, los cuales cada vez con más frecuencia incorporan videos para presentar los contenidos.
¿Por qué son importantes los subtítulos?
Los subtítulos en los videos cumplen un rol fundamental, ya que no solo permiten comprender videos que pueden estar en otros idiomas, también vuelven accesible el contenido para personas hipoacúsicas y facilitan la comprensión de la información al espectador, que la recibe al mismo tiempo en voz de las personas en pantalla y en subtítulos. Por todo esto, es importante saber cómo crear subtítulos que faciliten el consumo de tus videos y no se vuelvan un estorbo. En este artículo te daremos siete consejos para elaborar subtítulos para tus videos.

Siete consejos para elaborar subtítulos
1. Define el estilo y tipo de subtitulado
La forma y el tipo de subtítulo influyen de manera decisiva en la lectura. Procura utilizar un tipo de fuente lo suficientemente legible (por lo general se recomienda Arial o Helvética) y con un color que contraste con el fondo, pero que tampoco llegue a ser demasiado llamativo al punto de obligar al espectador a llevar la vista a ellos. Por ejemplo, si el fondo de la imagen tiene tonos oscuros, es más recomendable utilizar un color blanco, pero si aparecen tonos claros, es preferible utilizar un color como amarillo o similar.
2. No recargues la pantalla de texto
Puede ocurrir que te hayas encontrado en algún momento con subtitulados que ocupan media pantalla al punto de cubrir parcialmente la cara de quien está hablando, lo que seguramente te obligó a pausar el video y leer todo ese texto antes de seguir. Esta no es una práctica recomendable, ya que como dijimos, convierte al subtitulado en un estorbo más que en un soporte, porque además de cubrir casi toda la pantalla, obliga al espectador a asimilar demasiada información de golpe. Lo ideal es que los subtítulos tengan entre una y dos líneas máximo, con un promedio de unos treinta y cinco caracteres por línea, o setenta entre dos, lo que daría unas doce palabras por subtítulo.
3. Da tiempo al espectador para llegar a leer
Los tiempos en pantalla son otro problema recurrente en el subtitulado. A menudo, por querer ir al mismo tiempo que la persona que habla, los subtítulos desaparecen antes de que el espectador pueda terminar de leer. Si bien es cierto que algunas personas pueden leer más rápidamente que otras, esto no siempre garantiza que asimilen lo que están leyendo. La velocidad media de lectura es de tres segundos, por lo que, para seguir con el ejemplo anterior, para un subtítulo de unas doce palabras se requieren entre cuatro y seis segundos para ser leído. De todas formas, y en la medida de lo posible, es recomendable ajustarse a los tiempos en los que se hable en la pantalla, a fin de no adelantarse ni atrasarse con los subtítulos.
4. No recortes más de lo necesario
Es muy posible que, para no sobrecargar, tengas que recortar o resumir lo dicho en pantalla. Cuando esto pase, ten presente que recortar no quiere decir convertir lo que se dice en frases telegráficas. Los subtítulos deben apegarse lo más posible a lo que está diciendo la persona que habla, procurando un estilo fluido y natural. Una buena forma de saber qué eliminar son las llamadas “marcas de oralidad” (repeticiones, muletillas, oraciones incompletas), todas las cuales debes evitar o corregir al momento de hacer tus subtítulos. La idea es encontrar el punto medio entre el apego a lo que se dice y la corrección gramatical y sintáctica que permita entenderlo, sin sobrecargar el texto.
5. Corta en los momentos adecuados
Saber cortar es tal vez el aspecto más difícil de elaborar subtítulos, ya que requiere mucha pericia saber cuándo cortar una oración sin volverla incomprensible o confusa. Lo recomendable es evitar cortar palabras a la mitad, así como unidades de sentido, y en cambio es preferible utilizar como referencia signos de puntuación, como comas y puntos, que coinciden con las pausas (ya sea lógicas u orales) que hace quien está hablando.
6. No subtitules hasta que el video esté terminado
Subtitular es un trabajo de por sí laborioso y que requiere mucho tiempo. Lo más recomendable es no empezar a hacerlo hasta que el video esté ya editado y sea la versión final que se va a utilizar; de lo contrario, un cambio en el video puede implicar reajustar todo el subtitulado, haciendo que se tengan que invertir más horas de trabajo que podrían ahorrarse.
7. Tómate tu tiempo
Este último es más un consejo práctico que técnico. La labor de subtitulado es ardua, por lo que es importante dedicarle un tiempo para la revisión y corrección, a fin de asegurarse de que no hay errores ortográficos, de acentuación o algún otro que pueda afear tu presentación. Es preferible tardar un poco más pero que los subtítulos salgan bien, a querer sacarlo rápido y descubrir los errores cuando ya sea tarde para corregirlos.
Esperamos que esta información te haya sido útil. Si quieres recibir más contenido y mantenerte al tanto de las últimas tendencias y novedades sobre nuestros cursos o e-learning, síguennos en nuestras redes sociales y en nuestro blog, donde podrás encontrar muchos más artículos como este.